Durante el desarrollo del cursillo del Cadí se nos ha planteado un repunte en cuanto a la agresividad del jabalí, existiendo ya varios casos de un jabalí que hiere a un perro y luego le persigue; encontrándose en el rastro huellas del perro, sangre -analizada- perteneciente al perro, y huellas de jabalí siguiendo o persiguiendo dicho rastro.
Sin duda se tratan de rastreos complicados en el que el rastro se encuentra doblado (huellas de perro y jabali) y sangre de perro, con o sin sangre de jabali. En estos casos el jabalí adopta la conducta de depredador, y habrá que tomarse estos rastreos con más precauciones.
Ya tocando el fin de temporada, cabe prepararse para la siguiente, adecuando nuestro equipo a estas circunstancias, portando un arma de buen poder de parada y estando avisados de estas variaciones en cuanto al comportamiento de los suidos.
Preguntado Jean-Guy Gendras, persona con un amplio bagaje de rastreos, afirma haber protagonizado casos de rastreo de sangre de perro, en el que el BGS toma el rastro, si bien es reticente y hay que insistirle al comienzo.
De nuestro foro, sólo recuerdo el rastreo de un lobo.
Sobre esa agresividad desmedida del jabalí, he leído comportamientos similares en jabalís de Rumanía y alrededores, donde parece que son más bravos. También recuerdo haber leído en otro foro el caso de un jabalí que fué a buscar al cazador apostado en una espera(sin mediar disparo previo y de forma muy silenciosa y taimada).
¿Qué opiniais al respecto?