Me han pedido que escriba el último rastreo de Taco, y francamente, después de leer lo que se escribe por aquí de H33 y esas cosas, pues no estaba muy por la labor, la verdad, pero por puro agradecimiento a Herminio y a todos los que me han estado enseñado, poniendo rastros, o dejándome las suelas, como Jose…. me he puesto a ello.
El sábado pasado cuando acabé de cazar me llamaron unos amigos de un coto cercano al mío, diciéndome que uno de ellos había herido un corzo esa mañana, así que, Viviana y yo, agarramos los perros y allí que nos fuimos. El rastro no tenía más de 6 horas, así que no sería difícil.
Cuando llegamos al lugar nos indicaron desde donde habían disparado al corzo, dentro de un pinar con hierba alta y monte bajo. El corzo había caído al disparo, pero no sabían dónde tenía el tiro ni el lugar de la caída.
Así que atraillé a taco, dejándole oler previamente la traílla, como siempre he estado haciendo al entrenarle y comenzamos a subir el cerro para intentar ver el anchuss.
No había sangre de ningún tipo y ni siquiera la hierba estaba tumbada por la caída. Pedí al grupo que se quedasen un poco rezagados y que sobre todo que no pisasen mis pasos, por si el perro necesitaba volver y empezar de nuevo. El cazador que tomase el rifle y se pegase a mi.
En estas, Taco, levanta la cola y clava el hocico empezando a andar decidido pero con el maneo despistado que utiliza cuando sabe dónde va… empieza a subir y le sigo, lo que provoca la decepción del grupo que nos sigue, y sigue andando, sigue, y de pronto, empieza a levantar la cabeza moviéndola a ambos lados…lo ha perdido, me caguen tó¡¡¡. Con todos estos mirando y tu y yo perdidos.
No hago nada, y Taco vuelve a buscarme mirándome con esa de cara de “y ahora qué??”…..nada, Taco, busca, busca…y me rodea y vuelve atrás…clava la nariz en un punto y sigue a la izquierda, sigue y de pronto empieza a bajar, sigue andando, me marca una mata…por más que miro no tiene ni una gota y sigue, cada vez más rápido y ya levanta el hocico, le está dando por arriba y de pronto, hay un corzo muerto. El primero que ha cobrado porque hasta ahora los que hemos encontrado estaban siempre vivos y el cazador nunca ha estado cerca para el remate.
Se pone a latir de parada y le dejo, pido a los demás que no se acerquen para que siga latiendo (es la primera vez que le he visto latir), y ya nos acercamos, El animal tenía un tiro bajo en oblicuo, que le recorrió la tripa entera. Dos globos de tripa habían taponado los orificios y por eso no sangraba. Por dentro esta deshecho y no conseguí ni un cacito de sangre para otros rastros.
Después todos felices y una fiesta en torno al corzo, comentarios sobre perros, y una buena comida.
Lo mejor y me resulta increíble, que no había una gota de sangre, no había una pisada, no había nada. Esta vez no había cintas rojas en los arboles, ni marcas ni nada, el que iba perdido era yo y el que sabía lo que hacía era Taco.
Eres un perrazo, Patón, te perdono el cubo de la basura, los cojines, las gafas y la camisa de Viviana, las botas, el riego por aspersión, la platanera, las hortensias, los dos collares, la correa de cuero, la orquídea, la manta, la alfombra, el riego por goteo, la silla, las chuletas que robaste el otro día, los agujeros en el césped, los guantes, el bote de sangre que rompiste en el coche y los pelos en el maletero, la mochila, y lo que seguro seguirás rompiendo (a ver si creces ya macho ¡¡).
Eres un perrazo, tío y además eres mi perro¡¡¡