Hay algunos autores, como John Jeanneney, que dicen que el perro tiene que ir hambriento a rastrear. Lo mismo se dice de los perros de rehala. A mí me parece que eso no es muy fisiológico, ni para el perro ni para el conductor. Lo lógico es que el perro hay comido horas antes, tampoco una cantidad exagerada y haya tenido tiempo de hacer la mayor parte de la digestión. Así se aumentará su resistencia ante un rastreo difícil o prolongado, y al menos teóricamente disminuirá el riesgo de hipoglucemia, deshidratación e hipotermia.
No creo que ni el perro ni el conductor sigan con más ganas la pieza si están hambrientos. Como anécdota, intenté que mi perro no tirara de la correa durante los descansos del rastreo, ofreciéndole su bocado favorito (chorizo de jabalí), sin ningún éxito. No quería saber nada de la comida, estaba a cazar y no a comer.
Un saludo