Creo que el rastreo de un gran jabalí es la disciplina más complicada y peligrosa en muchos sentidos. A su enorme resistencia a las heridas une la facultad de escoger siempre el terreno peor para andar. Para los que además hemos optado por el arco la colección de heridas y fracasos son enormes, pero hay que intentarlo.
Coloco unas fotos de un rastreo inconcluso. Se disparó al jabalí a rececho mientras comía gamones (Asphodelus sp.) en un prado de montaña. La flecha lo atravesó completamente y huyó. Al inicio no daba sangre pero más tarde el rastro era muy claro y abundante.
Se inició el rastreo a las 22 horas. La perra marcó sin dificultad el rastro en el prado, sin sangre, y lo confirmamos más adelante sin dificultad. Cruzó un río, tomó un bosque de robles con fuerte pendiente, cruzó una pista y se introdujo en una masa compleja de urz (Erica alba), abedul, tojo y roble. Tuvimos que reptar o ir a rastras durante mucho tiempo hasta ganar una zona de helechal. Finalmente el rastro salió a otra pista sin haber hecho una cama. Había hecho 3000 metros y llevábamos más de 3 horas. Tuvimos lamentablemente que abandonar por volver a caer la noche.
Me acompañaron mis amigos Santi y Juan.
Saludos