Generalmente, la forma más fácil de recoger una buena cantidad de sangre es eviscerarlo en el suelo y recoger la sangre de la cavidad corporal una vez sacadas las vísceras. Yo suelo usar un cacillo de cocina pequeño con el que voy llenando una botella de boca ancha o una garrafa de plástico. Si te ayuda alguien, levantando el venado un poco de las patas de atrás, la recogerás con más facilidad. La sangre llevará coágulos, pero una vez en casa le pasas la minipimer y queda perfecta.