rastreo en temporada montera?

Me imagino que en España ya estáis en plena temporada montera. Alguno de vosotros seguramente ya rastreaba sangre después de alguna que otra montería.

Cómo os ha ido con este tema complicado? Algunas experiencia que queréis compartir?

Este no es un gran relato y no es de montería sino de una pequeña batida. Pero es reciente, de ahora mismo y también es "representativo".

A las 13 horas me avisan de un gran jabalí tirado por dos cazadores (total 3 tiros), cerca de donde estoy cazando. No hay sangre en el tiro pero me animan a ir ya que los perros de rehala lo han seguido durante largo tiempo, parándolo en ocasiones. Muchos han oído el agarre. Luego ha vuelto un perro "lleno de sangre" y otro con un puntazo en el pecho. Digo que se quede uno de los tiradores en el puesto, que yo iré en cuanto pueda, para explicarme el anschuss y el tiro.

Cuando llego ya se han ido. Me han dejado una marca "dónde el jabalí ha entrado en el monte" tras el tiroteo, seguido de los perros. La marca es un papel depositado en el suelo, a merced del viento. Afortunadamente hay poco viento y el perro parece coger el rastro rápidamente unos dos metros a la izquierda de la marca. A los 20 metros se pierde en dos ocasiones y vuelve a dónde hemos empezado. Sospecho que es la zona pisoteada por los cazadores buscando sangre. A la tercera va la vencida y con decisión coge el rastro.

Es la cuarta o quinta vez que rastreo por el mismo sitio y verdaderamente lo odio: matorral bajo compuesto de encinas enanas alternando con zarzas. No hay quién pase ni arrastrándose así que voy rompiendo monte. Sudor, arañazos y sed a pesar de los 2ºC. Y nada de sangre. Ni un indicio. Pasa una hora. Me anima que el perro va decidido y sigue la dirección que, me dijeron, seguía la ladra.

Una baña con el hielo roto. ¿La habrá usado nuestro jabalí? El perro parece más animado. Nada de sangre. Soy optimista, probablemente no tiene tiro pero seguro que lo han cogido y matado los perros.

Se me caen las gafas. Las recojo, me sigo arrastrando. ¡He perdido las gafas! Más arañazos. Nada de sangre. Seguimos.
Para mi alivio nos acercamos a un camino. Pienso poner una marca y pararme a reflexionar: quizás dejarlo para mañana. Ya llevamos más de dos horas, son las cinco y no he comido. Para mi desdicha el teckel no opina lo mismo: antes de salir al camino, da la vuelta y se mete por lo más espeso nuevamente. Unos doscientos metros y doscientos arañazos más adelante abandono.

La ventaja de conocer el terreno es que enseguida cojo una vereda que me lleva al coche. Empieza a nevar y mucho. Afortunadamente los cazadores me están esperando con una hoguera, chorizo, carne y cerveza (el vino se lo han terminado).

Ahora ha cambiado un poquito la versión de los cazadores: probablemente no hubo un agarre (sólo "lo seguían de cerca"); el gran jabalí había encogido en estas horas (ya sólo pesaba 70 kilos como mucho); el perro con sangre no se sabía dónde habría mordido (se cobraron otros cuantas piezas)... y para que seguir. Sigue nevando. En el pueblo tras un café caliente con gotas (como dicen por aquí) ya veo las cosas mejor: aunque no estuviera pegado y no hubiera indicio alguno y no hubiera agarre ¡por poco lo cojo!

Dedicado a Jean-Guy (aunque él sí que los coge)

Saludos.

Ayer tuve un rastreo en montería con final curioso, que no da para un relato pero sí para una reflexión sobre la utilidad de los perros en la búsqueda de piezas heridas.

Dimos una montería en Ciudad Real. Al acabar la misma, me acerco a uno de los puestos en que me han informado han herido un venado. Allí me espera el cazador, que me señala el anschuss y me dice que lo ha tirado "de culo" (tiros que suelen ser mortales de necesidad, salvo rasponazos en los jamones). Sangre roja sobre el cortadero, no mucha, y la pista que se interna en una zona de monte bajo y pedriza, no muy espesa. Zivo va de traílla, decidido, mostrándome de vez en cuando alguna gota de sangre ya seca. A unos 250 metros se para en seco y levanta la nariz. Convencido de que la pieza está cerca, lo libero de la correa. Después de unos segundos, se mete dentro de una pequeña mata de Lentisco, de no más de 1 m. de altura. La mata es bajita pero densa, y desaparece en su interior. Pienso que el venado la ha atravesado o saltado, y busco sangre por encima y al otro lado. El perro sigue dentro. Le llamo y no sale. Aparto las ramas de arriba para ver qué demonios hace y, para mi sorpresa, allí está el venado.

Si me dicen que dentro de esa pequeña mata podía ocultarse un bicho de 140 Kg y con una cuerna respetable, sin que se viera absolutamente nada desde fuera, no me lo creo. Parece evidente que debió meterse ahí aún con vida (de lo contrario la mata estaría aplastada y el venado a la vista), para morir al rato "hecho un ovillo". El cazador, que también está boquiabierto, me asegura haber pasado por esa mata unas cuantas veces en su deambular buscando su pieza.

Rastreo pues muy sencillo, pero venado que sin perro se habría quedado allí con total seguridad. El cobro de una cierva, también fácil, y dos controles de tiro sin evidencia de herida, acabaron con la jornada vespertina de rastreo.

Dirk,saludos, te cuento un rapidisimo episodio que me ocurrio a principios de Noviembre fui a una monteria por aqui en Valencia de Alcantara, el sitio muy cerrado un malisimo tiradero, los cochinos habia que tirarlos estilo conejo, visto y no visto,para que te hagas una idea pondre despues un par de fotos de lo que se veia desde mi puesto,acaba la monteria yo por supuesto no pege ni un tiro,pero es cierto que habia movimiento de cochinos y estubo entretenida la monteria agarres.... cuando recogemos el cierre donde estaba yo, uno de los monteros dice que habia tirado un guarro y que habia visto como el guarro herido de los cuartos traseros se metia en el monte,yo pense pues bueno trabajo para Nana ( mi perra) cogi la perra le puse la trailla ,estube viendo primero el anschuss pero no se veia ningun indicio de nada, pongo la perra y la veo muy decidida en los primeros 150metros a un ritmo muy bueno pero nada de sangre y eso que dentro de lo que podia, soltando y cogiendo trailla yo iba oteando la vereda por donde me llevaba la perra, el cazador se cansa a los 200 metros que iba detras mia, y me dice que el se va,me quedo sorprendido pero con el calenton de la perra yo sigo solo, despues de otros 200 metros sin ver ni gota de sangre y pasando por un pinar que era un infierno lleno de jaras, me paro y valoro la situacion,voy solo y sin arma (la llevaba el cazador que se fue) dudaba si de verdad estaba herido el jabali o estabamos siguiendo un rastro de un jabali mas sano que yo (ni gota de sangre),en caso de encontrarme con el, como lo remato con besos y abrazos,y aquello era un infierno asi es que cogi a la perra y para atras,ya habra otras ocasiones por lo me menos mas claras que esta,saludos.[img] [/img][img][URL=https://2img.net/r/ihimizer/i/p6120056.jpg/][/URL[/img]

Buenas tardes Dirk,
Te remito en este mismo apartado de "Relatos", a uno que colgamos en la pasada temporada montera titulado "Rastreo en monterías y lecciones aprendidas"
Saludos

Herminio,

muchas gracias por el aviso y el interesante reporte! Sin duda deben de ser las condiciones más difíciles para rastrear sangre!

Os cuento el último rastreo del año, del 26 de diciembre, para aportar algo más a los rastreos hechos en montería.

Jabalí tirado en montería y probablemente fallado, pero al que han seguido los perros de rehala en una ladra intensa, aunque no hemos oido el agarre. Vamos al control de tiro (tiro 1 en el mapa), unas 2 horas después. Al ir hacia allá, el puesto de al lado (tiro 2 en el mapa), que ha matado 2 jabalíes, nos dice que ha tirado a un tercero, que no daba sangre.



En el anschuss y los primeros 70 metros no hay nada, pero luego aparece sangre, que parece de pulmón, unas gotas cada 5-6 metros. El perro la sigue y llega ¡al tiro 2! Evidentemente el cazador sí que había pegado al jabalí. Cogemos el rastro al revés y llegamos de nuevo al cruce con el rastro del tiro 1. A los pocos metros hay grasa, probablemente un trozo de la grasa del epiplon. Nos parece claro ahora: los dos jabalíes van pegados, uno de tórax y otro de tripa.

Seguimos, viendo más grasa y de vez en cuando alguna gota de sangre oscura. Superamos un tramo en el que parece que el jabalí herido volvió sobre sus propios pasos. Más allá, el rastreo no es difícil porque ahora atravesamos una zona quemada hace pocos años. De repente, el perro se mete en una mata espesa. Le freno tirando de la trailla: si el jabalí esta herido podemos tener problemas. Me arrastro pero no veo nada.



Doy la vuelta a la carrasca y allí está, muerto. Suelto al perro para que disfrute.



Es una hembra de unos 80 kilos y tiene mordidas las orejas y una mano por los podencos. El tiro le entra por el tórax, algo trasero y sale por el abdomen. Ahora queda hacer unas fotos y acarrear al bicho.




Después, ya no tenemos tan claro que el jabalí 1 esté pegado. A pesar de ello pasamos más de una hora buscando otro rastro de sangre, sin éxito.

Ya más tranquilos y menos sudorosos, nos damos cuenta de que la primera sangre, del pulmón, goteaba por la izquierda del animal y la grasa y la sangre más oscura, del vientre, goteaba por la derecha. Los perros que seguían al jabalí 1, se cruzaron con el rastro del jabalí 2 y le mordieron ya muerto o casi y por eso no hubo agarre. El jabalí 1 probablemente sigue corriendo.

Más tarde, con la jabalina desollada vemos que la entrada del tiro le rompió la última costilla, tocando solamente un poco un pulmón. Sin embargo las tripas estaban muy afectadas y es probable que también algún vaso.

Una pena que no hiciera fotos de los indicios, pero ya se sabe que está uno a otra cosa en esos momentos.

Un saludo y en 2.011 más.

Muchas gracias por el informe y las fotos ilustrativas, felicidades a los dos, perro y conductor por el cobro. Sin el esfuerzo vuestro, el animal sin duda se hubiera podrido en el monte.