Leyenda negra de tres fracasos (J.G.Gendras)

Nuevamente, y con la autorización de su autor, reproduzco en el foro relatos de rastreo de nuestro amigo Jean-Guy Gendras. Él me pide que los retoque para evitar errores de bulto en su lenguaje, pero es envidiable lo bien que escribe en nuestro idioma. Como siempre, he tratado de tocarlos lo menos posible para evitar que se pierda su estilo.

La leyenda negra de tres fracasos (1)

Aunque prefiero hablar de los cobros, hoy os contaré fracasos recientes que en el momento me pusieron de mal humor, pero llenos de ensenanzas si se hace un análisis después de la accion ( la « after accion review » de los anglosajones).

28 de octubre, Bruniquel (82) : el supuesto ciervo de dos puntas… o de 14 puntas ?

Batida el domingo por la tarde. Dos cazadores vecinos disparan un ciervo que entra en el bosque y que sigue huyendo. El primero informa de que es un 14 puntas, el segundo dice que es … ¡un vareto! El control del tiro señala unas gotas de sangre en la direccion de huida indicada por el segundo tirador. Es el anochecer, el suelo está seco y no se puede ver ninguna huella. El conductor de perro de sangre (un amigo mio) materializa la sangre y la direccion de huida y decide de rastrear por la manana del dia siguiente. Por desgracia llueve toda la noche.

El lunes, a las ocho y media, sigue lloviendo y la teckel trata de desenredar el rastro varias horas sin otras señales de herida, bajando el valle en la direccion de huidaen un km sin exito. No acierta tampoco en varios « cortes » monte arriba, por si acaso fuesen dos ciervos diferentes. A las doce, decide interrumpir la busqueda.

Por la tarde el cielo se despeja y la meteo prevé sol para el dia siguiente. Tomo la decision de comprobar si el rastro sale bueno con la llegada del sol, el martes por la manana (H 41). Dos cazadores jovenes que se enteraron de los acontecimientos del domingo y del lunes me acompañan. Desgraciadamente no llueve pero no hace sol y la temperatura es fresquita. Urane se desinteresa del indicio de sangre del segundo tiro , pero empieza a buscar hacia el primer tiro, poniendo en marcha su « aspirador de particulas »(parece roncar). Por fin toma una diagonal, cerro arriba, avanzando lentamente pero sin retrocesos. Sigue rastreando hora y media y por lo menos, 1,5 km por cerros y valles (suelta con cascabel y collar de localizacion, a causa de la vegetacion a menudo espesa ). Tratamos de seguirla y localizarla desde cada linea de crestas).

En un momento dado, mis acompañantes posicionados a unos cien metros de mí me gritan que dos corzos huyen delante de la perra. Sin analizar más la situacion, y muy molesto por lo que parece ser un flagrante delito de « cambio » llamo a Urane y decido de interrumpir el rastreo….

Enseñanzas :

1. Mi suposicion resulto exacta : La pista de H41 habia efectivamente reaparecido (aunque debil), despues de la lluvia. En algunos casos desesperados,el cambio de temperatura es una oportunidad a comprobar.

2. Como siempre, confiar en el perro : detener Urane fué un error pues su actitud no habia cambiado (no accéleracion, no latidos, no nariz al aire) aunque los corzos huyan « por casualidad » sobre el rastro supuesto del ciervo. Apuesto que no se preocupaba de ellos.

3. Desconfia ren las observaciones de los tiradores … pero no siempre : en este caso, evidentemente dos ciervos se echaron al monte : no se puede confundir un dos puntas y un catorce puntas !

4. Se plantea el problema recurrente del rastreo de noche cuando las condiciones meteorologicas van a empeorar. Personalmente pienso que un rastreo de noche (el domingo) con tales condiciones no hubiera sido razonable.

La leyenda negra de tres fracasos (2)

4 de noviembre, Coste-Tolosane(82) :el jabali con bala de mandibula rastreado 6 horas :

Jabali de mas de 100kg disparado en una batida (escopeta 12 y Brenneck) la vispera, a eso de las 3 de la tarde. El tirado recogió dientes y trozos de hueso (desgraciadamente, se marcho con ellos y no pudé analizarlos). Res perseguida por rehala « 3 ó 4 km » y perros detenidos por un montero al cruzar una carretera (excepto un fox que persiguio mas alla).

Al llegar al punto de encuentro, el tirador no esta allí y el montero tampoco. El presidente de la asociación de caza asegura conocer el sitio donde pararon los perros: una labranza lindera con el monte. Desgraciadamente, al cabo de media hora de buscar lashuellas de entrada, solo encontramos una huella de salida. A eso de las 9, Urane (suelta) se aleja de unos 200 m y empieza a marcar un rastro que se echa al monte (un barranco estrecho y lleno de zarzas). Decido dejarla rastrear en ausencia de otra pista y trato de reunirme con ella. Efectivamente estaba siguiendo un rastro de sangre ( gota cada 4 ó 5 metros). Imposible seguirla en las zarzas, imposible tampoco atraillarla (anda rapidamente a unos cien metros agua arriba y a esa distancia, no obedecerá). La única solución es adelantarla por las laderas del monte (un poco menos tupido) .Al cabo de un km sin otro acontecimiento que un conductor quedando sin aliento, el barranco desemboca en los campos en un arroyo con orillas arboladas. Urane sigue sin dudar de una orilla a otra hasta que la pista sale al campo en direccion de los maizales que son numerosos y grandes por esta llanura. Pongo de nuevo la traílla a la perra. Atravesamos 3 campos de maíz de 20 o 30 ha.

El jabali deja de vez en cuando una gota de sangre con saliva y multiplica las idas y vueltas sobre sus pasos (¡hasta 200m!). Por suerte no cambia mucho de dirección y su enorme huella no puede mentir. A eso de las 11 entramos en un cuarto campo de maíz, con hierba muy densa que me frena. Después de media hora de vueltas, con visibilidad de menos de 2 metros, encontramos una cama sin sangre, era evidente que el guarro descanso allí parte de la noche. Urane se excita y, después de unos cincuenta metros, empieza a latir varias veces, señal que yo esperaba para soltarla. La res debe de estar cerquita.

La persecucion duró otra media hora pero el jabali nunca planto cara. Dentro de estas hierbas muy densas la perra tardaba en desenredar el rastro… momento que escogió el guarro para escaparse discretamente de este campo. Por suerte yo habia colocado dos cazadores en la direccion de huida probable. Por desgracia, estaban juntos, hablando, y el jabali dió la vuelta regresando al campo de maíz. Yo estaba vigilando la carretera que bordeaba el campo, por la seguridad de la perra. Acudí a sus gritos con Urane para comprobar si se trataba del animal herido. Encontré una gota de sangre fresquita y decidi interrumpir el rastreo hasta la llegada de otro conductor que acababa de llamar por telefono. Antes que tomara esta decisión, en la parte opuesta de la parcela, el cazador colocado alli se desplazo de 200 m al oir gallinas gritando en un cercado. Vislumbró un jabali huyendo fuera de alcance por una pradera que estaba junto al maizal, y pensó que se trata del herido, aunque no le pareció tan enorme. Con Urane , nos vamos a controlar. La perra señaló la huella y rastreó unos 300m hasta la linde del monte, donde la paré esperando el refuerzo. ¡De todas formas, los cazadores se habían marchado a comer! Aproveché la pausa para rastrear la huella del jabali hacia atrás, para asegurarme que habia salido del maíz… y resultó que salia de una direccion opuesta. No podia ser el herido.

A la llegada del otro conductor y al regreso de los cazadores saciados (yo habia comido una manzana) decidimos rastrear de nuevo dentro del campo de maíz por si acaso no se habia marchado. … Y otra hora y media sin éxito hasta que mi companero decide comprobar otra vez la direccion de huida del otro animal. ¡Sorpresa! encontro una gota de sangre al lado del rastro que yo habia señalado antes de « la comida ».¡Y resultó que dos rastros paralelos a unos metros cruzaban la pradera! El primer rastro no era el bueno, pero si el segundo. El cazador tenia razon : ¡nuestro jabali habia huido casi en las huellas de otro anterior que me habia enganado!

Eran las cuatro y media y Urane rastreó la nueva pista a traves otro barranco (le gustaban) en el monte , luego cruzando una llanura de 1km y llegando al anochecer a la linde de otro monte, donde señalamos la entrada para regresar el dia siguiente.

Mala suerte : llovió toda la noche y por la manana Urane se nego a rastrear de nuevo, mientras yo me avergonzaba.

Ensenanzas:

1. Asegurarse de antemano de que por lo menos un cazador conoce el sitio exacto del anschuss o de las señales de sangre.

2. Exigir la asistencia de cazadores serios y adiestrados.

3. El jabalí huía probablemente al oir el cascabel ( pero el riesgo de la carretera exigia que la perra estuviera localizada permanentemente).

4. Un rastro puede disfrazar otro rastro. ¡Cuidado!

5. La lluvia puede borrar completamente una pista de apenas 15 horas: no prometer nada.

La leyenda negra de tres fracasos (y 3)

9 de noviembre , montería en el Campamento militar de Caylus(82) : la corza afortunada.(H+5)

Control tradicional de todos los tiros al finalizar la monteria (13h30) (unos 200 cazadores y 12 rehalas de 12 a 20 perros). Los cinco conductores presentes se reparten los controles y las búsquedas. Personalmente tengo que efectuar 11 controles, de los cuales dos jabalíes y un corzo parecen haber acusado el tiro, aunque los tiradores no hayan señalado sangre.

Empiezo con un jabalí de unos 60 kg que bajó la espalda al tiro. Urane encuentra rapidamente algunas gotas de sangre y empieza a rastrear. La pista nos lleva a la proxima linea de tiradores a unos 500m. Un cambio de dirección de la res y chorros de sangre indican que aquí fué herida de nuevo. 30 m más abajo tropezamos con un enorme derramamiento de sangre con particulas de pulmones. El sitio del remate indica tambien señales de arrastre. Nuestro jabali ha sido recogido y el segundo tirador no se enteró de la herida anterior y no la señaló.

Aprovechamos para controlar un tiro vecino sobre una corza que no reaccionó al tiro. Encontramos una gota de sangre en los alrededores del anschuss, y dos manchas importantes en la espesura a unos 250 m más adelante, pero ninguna cama. A partir de aquí, Urane atraillada empieza a dar vueltas, nariz levantada. La res se encuentra por aquí seguro. Tomo la carabina en la mano, listo para disparar. De repente la veo encamada a menos de 5 m a mi derecha, completamente aplastada, el cuello y la cabeza tendidos sobre las manos delanteras, las orejas hacia atrás pero el ojo muy vivo. Urane no la ha detectado. Doy media vuelta lentamente, subiendo la carabina. ¡Zup! Como un rayo, la corza ha saltado por encima de la perra y de la pared cercana y ha desaparecido. Sin pensar más suelto a Urane, que late, y voy a controlar la cam. Hay sangre, es la buena, pero no se oyen mas los latidos.

Vuelvo a la carrera hasta la pista donde está aparcado el coche (¡y el localizador, que he olvidado!) Oigo de nuevo los latidos a unos 300 m en el fondo de un valle. Y a correr de nuevo en aquella dirección. Me quedo sin aliento, sin latidos, sin perra y sin corza. El localizador se queda mudo. Regreso al coche, llamo un compañero para ayudarme y empiezo a desplazarme por las pistas del entorno tratando localizar los latidos eventuales o la emisora del collar de la perra. Nada. Las baterías deben estar demasiado débiles. No las he comprobado esta semana.

Al cabo de casi una hora mi compañero y yo, separaados más de 1 km, recibimos una señal. La triangulación nos indica una zona por detrás de la aldea de Jambluss, fuera de los límites del campamento, a mas de 2 km. Al llegar a esta zona, la perra ya se habia desplazado y la señal la localizaba alejándose todavia más. Decidí adelantarla con un salto de otros 2 Km por carreteras, mientras que mi compañero seguía avanzando en direccion a la señal. Esta vez la perra se encontraba entre nuestras nuevas posiciones. Yo perdía la senal de vez en cuando. Un cuarto de hora mas tarde, mi companero me llamo por telefono: acababa de recoger a Urane, que estaba regresando.¡Ya era el anochecer!

Por decencia y porque hubiera necesitado una tonelada de papeles,no he descrito los sentimientos que atravesaron mi mente a lo largo de la busqueda de mi perra. Se imagina lo peor, y el alivio final es tan grande que se olvida que la perra ha fracasado. Solo los que han buscado un perro varias horas lo entenderán.

Ensenanzas :

1. Un acompañante armado es una seguridad util en la mayoria de los casos.

2. Soltar el perro es una reacción normal del conductor, pero no es siempre la mejor. En los casos de herida leve que no frena la motricidad de la pieza de caza, ésta huirá más rapidamente y más lejos si se siente perseguida, y un perro tendrá pocas posibilidades de alcanzarla. El verdadero problema es que la verdadera naturaleza de la herida resulta desconocida en la mayoria de los casos.

3. El collar localizador es un alivio… si funciona perfectamente (comprobar las baterias) y si el que lo usa está entrenado para localizar objetivos moviles (no olvidar que el perro se desplaza, excepto si tenemos la suerte que el animal planta cara).

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