Transcribo aquí otro relato de nuestro amigo Jean-Guy Gendras. Como siempre, magnífico.
Relato de la jabalina que planto cara el segundo dia de rastreo.(21 y 22 de noviembre)
21 de noviembre : Coto de BRUNIQUEL-PUYGAILLARD, 21 de noviembre a eso de las dos de la tarde : nos encontramos en el anschuss con los dos tiradores. En la batida por la mañana, los dos dispararon con escopeta del 16 y balas «flecha » un jabali no perseguido por los perros de rehala que salía del monte huyendo pradera arriba. «Con seguridad le pegamos al guarro, que era un macho de setenta y cinco kilos (???), porque al desaparecer en el viso titubeó y dejó sangre ».
Urane toma el rastro sin dudar: las pezuñas marcan bien y hay gotas de sangre roja alargadas, como unos chorritos que señalan una en la parte derecha del animal a una altura de 25 o 30 cm. ¿Cuello? ¿Mano? ¿Pata ? A ver.
Una hora y cuarto mas tarde nos situamos ya a unos 3 km del anschuss. Urane suelta anda apresurada lo mismo que el jabali que sigue una linea recta sin desviarse del rumbo inicial , dirigiendose hacia “ la forêt domaniale de GRESIGNE » . El jabali escoge los senderos, no busca las espesuras, no se baña en los arroyos. Aunque la sangre haya casi desaparecido al cabo de 1km, el rastro parece bueno . Urane no duda en ningun momento . Afortunadamente, hoy parece que me han tocado dos acompañantes que corren y van callados.
A partir de este punto el jabali cambia completamente de actitud. Empieza a cambiar de direccion a menudo y de modo totalmente azaroso ; gira alrededor de las espesuras como para encamarse pero las atraviesa sin pararse ; cruza un vallado varias veces, vuelve frecuentemente hasta 100m sobre su rastro , trampas que Urane no tarda en comprender, desbaratándolas rapidamente.
De vez en cuando, despues de una bajada o una cuesta abrupta, los chorritos de sangre aparecen de nuevo en diez o quince metros.
Atravesamos dos cotos vecinos. Seguimos recorriendo monte y campos, valles y cerros , carreteras y arroyos sin parar. Muchas veces tomamos «posiciones de combate » al cruzar querencias sospechosas. ¡Nada de nada!
A las cinco, hemos recorrido unos siete km. Los acompañantes siguen andando a mi ritmo pero empiezan a hablar. La distancia a los coches parece preocuparles. Ahora, despues de atravesar una espesura tan vacia como las anteriores, el rastro cruza una charca donde el jabali se bañó por primera vez antes de desembocar en el fondo de una pradera escarpada donde la perra encuentra una zona muerta. Calma momentanea que aprovecho para sacar el GPS del bolsillo. Estamos a mas de 3 km de los coches, al lado opuesto, y nos quedan escasos treinta minutos de luz. Resultaria sabio acabar aqui el rastreo para empezar el camino de vuelta. La zona muerta y la noche que asoma me parecen dos motivos suficientes. Los acompañantes acogen esta propuesta sin disgusto. De veras, estamos algo cansados .
Detengo la perra , la acaricio y empezamos a regresar pradera arriba hacia una carretera que está a 300m. Urane se desvia un poco y empieza a seguir un rastro virtual que tambien sube hacia la derecha. La llamo pero se siente en el rastro. Voy a comprobar: se trata de un jabali muy parecido al que rastreamos sin éxito. Autorizo la desobediencia de la perra hasta la linde vecino del coto vecino. Ahí Urane marca los alambres de espino: «¡sangre! » , grito de guerra que revoluciona la situacion. «No se puede abandonar un rastro de sangre ; hay que aprovechar los ultimos quince minutos de luz». Propuesta menos plebiscitada que la ultima, pero los dos me siguen tras el monte y hasta la pradera del valle siguiente. La sangre, ahora más evidente, nos alienta. Ahora, el jabali anda rio abajo (¡nos alejamos de la carretera!), siguiendo el seto que bordea la pradera y 300 m más abajo, llegamos a la parte salvaje del valle con matorrales y bosques: una querencia potencial y la ultima suerte … con la dificultad de disparar al anochecer. Urane desdeña el jaral para subir por la ladera izquierda. La sigo para colocar 3 o 4 marcas en caso de que alguien quiera continuar mañana.
La hora y media que necesita nuestra recogida por un coche amigo nos permite analizar sin precipitacion la situacion: imposible que un jabali no se encame rapidamente despues de una huida de mas de 8 km. Regresaremos mañana por la mañana.
22 de noviembre : A las ocho menos cuarto aparcamos los coches por encima de la pradera de ayer. Urane anda por delante , regresando a las marcas por si sola ( lo que es una buena señal). Dejamos atras la ultima marca; 100 m más adelante el jabalí vuelve atrás en su mismo rastro unos 40 m y baja hacia el arroyo y un zarzal que rodea dos alamos caídos. La perra quiere ir dentro. El suelo de la entrada parece labrado. ¡Cuidado! Coloco deprisa a los tiradores y la dejo libre… con la correa : error grave. Urane sale de las espesuras sin el jabalí , da una vuelta a lo largo del riachuelo y vuelve dentro del zarzal. Momento escogido por el bicho para romper el cerco : arranque ruidoso y latidos de pesecucion… sin disparos. ¡Los tiradores se han reagrupado para comentar el trabajo de la perra! Los latidos se alejan rapidamente y mi ansiedad aumenta al correr en la misma direccion. Con la correa, Urane va a enredarse y perder su movilidad si el jabali planta cara (hasta este momento, pensamos que se trata de un macho de mas de 70 kg, es decir un animal peligroso). Ahora los latidos parecen sonar a parado a unos 300m. Al trote a lo largo del arroyo llego a un monte espeso y pendiente. El jabalí esta dentro a unos 50 m. Coloco en el arroyo al unico tirador que ya llegado y trato de dar la vuelta para aproximarme por arriba. Dos agarres seguidos de chillidos de la perra me obligan a simplificar la maniobra. ¡Mejor cuanto antes! Más de cinco minutos reptando y arrastrandome por las zarzas para acercarme a la parada … que se mueve. Una oreja negra por aqui, una sombra movil por alla. Por suerte consigo agarrar la correa y soltar completamente la perra. Nuevos latidos a parado 30 m cuesta arriba. ¡Esta vez el jabali no se entera de mi aproximación y recibe dos ballas de 444 disparadas a 5 m, una detras de la oreja y la otra en el torax!
Aqui se termina la historia de la jabalina (¡ !), de solo 50 kg herida en una pata. La bala le habia atravesado el jamon y la articulacion del femur sin expansión. ¡Urane salio con una cortadura de 2 cm en la parte interna de la mano izquierda y un uña arrancadoa, y el conductor satisfecho con la cara rasguñada !
Enseñanzas :
1-No abandonar cuando el perro rastrea bien, porque quizá se deja la pieza herida muy cerca ( en este caso se encamó a unos 100 m de la ultima marca).
2-No dejar el perro suelto con la correa para atravesar una espesura de poca anchura. La pieza puede estar encamada ahí y una persecucion prematura en tales condiciones está condenada al fracaso … o al accidente. Mejor aceptar perder el perro libre varias horas. ¡La proximidad de la pieza herida o el cansancio pueden quitarnos la razon!
3- Mejor «acudir a la parada” acompañado por otro tirado. Con los dos avanzando alternativamente a vista y a la misma altura se localizan más facilmente los movimientos del jabali y él duda delante de tres peligros. Por supuesto se necesita un tirador de confianza.
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Lun Nov 30, 2009 3:04 pm