Primer cobro de Tora

Llevé a Tora al tiro y siguió el rastro sin esfuerzo hasta el corzo, la llevé atraillada hasta ese momento, pensando que el corzo no se iba a levantar me acerqué confiado y al sentirnos se levantó dando una carrera cuesta abajo a toda velocidad en tres patas, solté a Tora que fue ladrando al rastro exactamente por donde había pasado el corzo, dudando en un par de ocasiones y volviendo sobre el rastro. Como vi que el corzo se iba lejos y se metía en una zona de jaras rodeado de siembras llamé a Tora y la volví a atar. Una vez atraillada la volví a poner sobre el rastro. En esta ocasión el rastro de sangre era mínimo dando alguna gota pequeña cada bastantes metros. Por la gran densidad de trochas de venados en el jaral, Tora se equivocó de rastro hasta en tres ocasiones, volviendo a empezar y recuperando la pista. Las condiciones eran duras pues ya hacía calor y se notaba a la perra cansada (menuda sudada me pegué yo).

Una vez que cogimos el rastro de nuevo lo seguimos a lo largo de un arroyo hasta dar con él, calculo que desde donde se le pegó el tiro hasta donde lo cobramos el corzo recorrió unos mil metros. El corzo lo rematamos a tiro. Tora, a pesar de ser una cachorrita no se asusta nada de los tiros y es bastante constante en el rastro distrayéndose muy poco, es curioso porque al único rastro que ladra es al de jabalí.

Un abrazo,

Alfonso