Ayer por la mañana Zivo y yo tuvimos un rastreo fácil, unos 350 metros y 2 horas de antigüedad. Los guardas de una finca de Ciudad Real andaban liados con la caza selectiva de ciervas y venados malos. A eso de las 9.00 horas habían tirado y herido una cierva, que se había encogido al tiro y había huído acompañada de otras dos ciervas y un par de gabatos.
Sobre las 11.00 llegué al anschuss, y encontré indicios evidentes de un tiro de estómago.
Sangre algo "acuosa",
Y el revelador contenido estomacal
El rastro es bastante evidente en los primeros 150 metros. Más sangre, sobre el suelo y en el monte, y de vez en cuando algún que otro pegote de contenido estomacal. La cierva huye con las compañeras, como lo demuestra el montón de pezuñas sobre el suelo reblandecido por las lluvias de esta semana (gracias a Dios que por fin ha caído algo de agua). A partir de ahí empiezan a escasear los indicios, hasta desaparecer por completo (al menos de mi vista). El perro rastrea deprisa, y empiezo a pensar que se ha ido con el rastro de las ciervas sanas y la herida se ha ido por otro lado. No veo entre las huellas ninguna más marcada o con pinta de ser de la herida. Como tantas veces, dudo (no aprenderé...), pero no paro al perro.
A los 300 metros, más o menos, Zivo cambia bruscamente de dirección y compruebo que las huellas del grupo de ciervas siguen adelante. Me alegro entonces de no haber parado al perro, porque muy probablemente lleva el rastro bueno. La cierva no ha podido seguir a las otras y se ha apartado del grupo. A los 50 metros, efectivamente, encontramos la cierva muerta.
El orificio de salida se encuentra taponado por el estómago. Puede que esto haya tenido lugar después de muerta, pero me inclino a pensar que fue durante la huída y ello motivó la pérdida de indicios, cuando solo unos metros antes eran muy evidentes.
Luego, a sacarla del monte (con ayuda) y al desolladero con las demás, a esperar la llegada del carnicero.
Empiezan los descastes, las monterías y la acción para los perros. Animaos a contar vuestras experiencias, que seguro que nos valen a todos para aprender.
Por cierto, creo que ya lo conté en el foro, pero rescato una foto de otra herida taponada, esta vez en un jabalí y por la grasa. Las heridas taponadas son jorobadas, porque los indicios son mucho más escasos o inexistentes, y nos asalta la eterna duda: ¿iremos por el rastro bueno?