Os cuento la búsqueda de ayer, de un venado en montería, que acabó en fracaso, sin luz y con frustración, después de 2 horas.
Venado tirado cruzando un cortadero, al paso, a no más de 80 metros. El desastroso tirador fui yo mismo. Iba acompañado de otros tres venados más, dos de ellos con una cuerna partida por encima de las contraluchaderas (esta berrea los venados se han roto una barbaridad, en muchos sitios). Al tiro el venado se encogió francamente y, sin acelerar el paso, se metió en el monte junto con sus tres compañeros.
Eran aproximadamente las tres y media, y la montería se estaba acabando. A eso de las cuatro, puedo por fin acercarme al tiro. Veo en el cortadero la carrera de los venados pero ni rastro de sangre. Me meto unos metros en el monte y... tampoco veo sangre. Voy a por Zivo, que me espera en el coche.
Después de unas cuantas vueltas tratando de encontrar el rastro con Zivo suelto, finalmente me marca una gota de sangre y, unos metros más adelante, un restregón en una chaparra, bastante alto. La sangre es algo clarucha, como diluida. Por la posición del ciervo en el tiro, su reacción y lo que he encontrado, pienso en un probable tiro de intestinos. Desgraciadamente se va a hacer de noche y no puedo esperar para ponerme a rastrear. Me la juego a ver si Zivo da con él y es capaz de pararlo. El problema es que no es fácil que se haya encamado, con todo el monte lleno de perros y tíos.
En este inicio del rastreo el monte está muy trabado y no puedo llevar a Zivo de la traílla. Le dejo suelto y lo voy siguiendo a ratos, cuando soy capaz de seguir su marcha. Otras veces lo pierdo y sigo por el rastro de sangre, cuando lo veo. Otros ratos voy perdido y busco a Zivo con el GPS a ver si me pone en el rastro de nuevo. Cada vez que veo sangre, marco un waypoint en el GPS.
Después de más o menos una hora, salimos de ese monte infernal a una solana más clara y con muchas trochas que el venado herido va tomando. El rastro de sangre es más contínuo y decido atraillar a Zivo porque, en el fondo, creo que vamos a llegar al venado de un momento a otro.
A ratos encontramos gotas grandes y evidentes de sangre roja.
Pero otras encontramos sangre como esparcida, y algún cuajarón. Pienso que es probable que este sangrando por la boca y/o la nariz.
A los 15-20 minutos de seguir un buen rastro de sangre llegamos a un punto muerto. Yo no encuentro más sangre y Zivo anda despistado. Después de un rato de dar vueltas con él de la traílla, decido soltarlo. Va buscando deprisa, yendo aquí y allá y volviendo al punto en el que estoy, de vez en cuando. Al rato, siento un tropel de reses, en dos direcciones distintas. Zivo no late. Parece que alguna/as se han tirado hacia abajo y no pudo verlas. Otra sin embargo ha optado por subir hacia unos portillos y la veo, a unos 100 metros. Es sin duda uno de los venados con la cuerna rota que acompañaban al que tiré.
Zivo se ha marchado y yo me acerco a la zona donde más o menos sentí arrancar a los venados, a ver si encuentro alguna cama con sangre, algún rastro... Nada. No veo nada. Zivo vuelve y recorre la zona visiblemente excitado, sube por el portillo por donde pasó el venado y vuelve (la verdad es que ya no sigue la caza sana más de 50-100 metros). Se está haciendo de noche. Doy vueltas y más vueltas con el perro a ver si me marca un nuevo rastro de sangre. Nada. Dos horas después de haber empezado la búsqueda, ya sin luz, abandonamos. Menos mal que llevo una emisora y puedo llamar a un guarda para que me "rescate". Tengo el coche muy arriba y lejos.
Os pongo el track de Zivo (en rojo) y los waypoint de los puntos donde encontré sangre (en azul), unidos por una línea rosa. Para que os hagais una idea, el track de Zivo (conmigo unido de la traílla más o menos la mitad del recorrido) es de 5,3 Km. Sin embargo, el posible rastro real del venado herido (me he podido "comer" algún tramo) tan solo es de 675 metros, hasta el punto muerto.
Creo que la explicación más lógica es que el venado herido, con la adrenalina a tope por la montería, había sido capaz de aguantar el ritmo de fuga de sus tres compañeros y se pararon donde se sintieron algo seguros. Zivo debió levantarlos y tres de ellos se tiraron hacia abajo (supongo que entre ellos el herido) y otro hacia arriba (el que vi). Pero ¿porqué no volvió a dejar una gota de sangre? ¿La dejaría pero Zivo se despistó y, consecuentemente yo también? El caso es que el venado se habrá muerto, o se estará muriendo.
Muy mal sabor de boca y un animal con una herida probablemente muy fea, causada encima por mí mismo. Que desastre.
¡Qué difícil es esto de rastrear en montería! Probablemente este venado tirado a rececho se habría echado a una distancia razonable. Yo no encontré ni una sola cama en los 675 de rastro de sangre recorridos. Los perros, la gente dando voces... Yo creo que en estas condiciones los animales apuran la huida hasta el mismo límite de sus fuerza. Si unimos a eso los tropecientos rastros que se cruzan, de animales estresados, perros y batidores... ¡la locura! A pesar de ello, hay que intentarlo siempre, porque se encuentran muchas piezas incluso en estas condiciones.