Jajajaja, esto me recuerda a un dia de caza por tierras Riojanas, en que despues de abatir una cierva, y sacarla a un camino para cargarla, deje a mi viejo teckel Curro, atado a la pata de la citada pepa, y a mi mujer (entonces novia), al recaudo del animal y mis archiperres de caza, mientras acudia al rescate de un compañero que habia abatido un ciervo en un barranco. Cuando regrese, me encontre a mi mujer, con el teckel en brazos, "aculada" contra una carrasca, con una piedra en la mano, del tamaño de una pelota de tenis, y con una cara de susto, que a dia de hoy, creo que le ha dejado algun recuerdo en forma de arruguilla, porque tenia volando por encima de ella, medio centenar de buitres, esperando la merienda.
Pobre mujer y pobre perro, no se quien se habra llevado mas susto.