Pues este mi primer relato en el foro. A ver qué tal se me da. Adelanto el final....."bolo"
El pasado lunes recibo la llamada de un amigo que fue el domingo por la mañana con otros dos amigos de caza menor.
Me cuenta que las 9 de la mañana, al pasar por una cerca de unas 10 Has. en la que hay cochinos mansos, vieron dos jabalís que iban detrás de las cochinas pues estarían en celo.
El cazador, que ya conocía esa circunstancia, llevaba tres balas de escopeta en la canana y disparan a dos jabalíes. Al final dice que le dio a uno de los dos, porque se fue con una mano colgando y por que han encontrado sangre en una gatera. Pero en vez de decírmelo el mismo domingo, para ir yo tranquilamente por la tarde, me lo dijo el lunes por la mañana, y que por favor fuera con él y con mi perra Tula porque la conoce bien y tiene mucha confianza en ella.
Por tanto, el lunes después de comer me acerco con el cazador a la finca en cuestión, que se encuentra a 65 km de Cáceres. Llegamos a la finca a las 4 de la tarde, por lo que el rastro tenía por tanto 30 horas.
Se trata de una finca típica de dehesa con poca maleza pues hay ganado durante todo el año
Llegamos a la cerca del lance y le pregunto dónde lo había tirado concretamente y cómo había sido el tiro. Me cuenta que cree que lo ha "atravesado" porque lo tiró por el lado derecho y la mano que llevaba colgando era la izquierda.
Me lleva al "supuesto anschuss", y al llegar observo que estaba todo literalmente pisoteado por la piara de cochinos mansos. No encontramos ni una gota de sangre, ni por supuesto la arrancada, ni indicio alguno, ni nada de nada.
Le pregunto que por dónde se había ido el jabalí y me dice que pegado a una malla que delimita la finca, buscando la salida.
En la malla cogemos el rastro del jabalí - la perra ya buscaba con fijeza - pero yo no veo ni una gota de sangre en los cien primeros metros. Llegamos a la gatera y efectivamente, había una mancha de sangre de unos 20 cm de diámetro más o menos, pero completamente seca, pues hacía mucho viento y estaba a pleno sol. En la gatera no encuentro ningún tipo de indicio distinto a los típicos pelos enganchados en los alambres.
Damos la vuelta para pasar por la puerta puesto que ya era el límite de la finca y está cerrada con malla cinegética de 2 metros. La finca colindante es de pastos, no tiene encinas, ni jara, ni tomillos ni nada de nada. Solo pastos y cardos.
De vuelta a la gatera por donde había salido el jabalí, no encuentro más sangre alrededor, por lo que no sé en qué dirección se fue el guarro.
Puse a Tula otra vez en la gatera y estuvo cortando el rastro unos 30 segundos y parece que lo encuentra pues se intuía una vereda reciente de pasto más o menos tumbado. Al final decido ir por donde me quiere llevar la perra. A los 10 metros veo dos gotas de sangre en una piedra. Felicito a Tula y seguimos por donde ella quiere. A otros 15 metros encuentro otra gotita, pero ya minúscula, casi imperceptible. Decido seguir y no vuelvo a encontrar más sangre. Aún así la perra me tira de la trailla con muchas ganas hasta que llegamos a un camino. Ahí se para.
Volvemos a la última gota y Tula vuelve a coger la misma dirección. Esta vez cruza el camino con fijeza y la sigo hasta que culminamos un cerro, a unos 300 metros de la gatera, y me doy cuenta de que vamos en dirección a una charca lejana, pero tendríamos que atravesar "tropecientas" vacas bravas, pues la finca colindante es de una ganadería de una hierro muy conocido en el mundillo del toro.
En ese momento decido suspender el rastreo, pues Tula en cuanto ve "cuatro patas" de vacas, caballos, ovejas o lo que sea, se vuelve como loca de ganas de ir a por ellas. Por otro lado, tampoco me "apetece", por decirlo suavemente, pistear entre ganado bravo.
Ya en el camino de vuelta mi amigo me dice que se iba un poco frustrado porque Tula le ha demostrado personalmente lo que puede hacer, pero que lo comprendía porque era un rastro complicado y que el pastor de la finca había estado pisteando el jabalí con su "perro de carea" y no había encontrado ni siquiera las gotitas de sangre que encontramos nosotros.
Cuando me cuenta esto último, casi lo tiro del coche en marcha¡¡¡¡¡. Le tiro de la lengua y me cuenta que han estado pisteando toda la mañana por "todos sitios y en todas las direcciones" desde la gatera, los tres cazadores, el pastor y su perro. Vamos que habían MACHACADO EL RASTRO¡¡¡¡¡¡¡
En resumen.
1. El anschuss estaba machacado por una piara de cochinos mansos. Por tanto, no hay anschuss como tal.
2. El guarro "supuestamente" iba "muy herido" pues la mancha encontrada en la gatera era grande. Ahora en frío, atribuyo ese tamaño de sangre, a que el guarro para cruzar por la gatera, no podía arrastrase con las manos y lo tuvo que hacer "lentamente" con los cuartos traseros arrastrando la mano herida.
3. El guarro no iba atravesado, sino que había sido un tiro bajo y le había roto la mano contraria. Y un guarro con una mano rota hace muchos kilómetros¡¡¡¡
4. "Aco.....ngoja" rastrear entre reses bravas.
En otra ocasión será